Entre los vikingos, el cuervo era uno de los símbolos más poderosos y comunes. Se vieron en sus velas, ropas, etc. Cuando el viento inclinaba y agitaba estas velas, los cuervos impresos en ellas daban la impresión de batir las alas.
Algunos dicen que estas aves simbolizan la muerte y la destrucción, mientras que otros las consideran amuletos de la suerte que garantizan la victoria en el campo de batalla. Entonces, ¿cómo es realmente? ¿Qué lugar ocupa el cuervo en la cultura escandinava? Respuestas.
En la mitología nórdica, Ragnar Lothbrok, que decía ser descendiente de Odín, tenía tatuajes de cuervos en la espalda. El mismo símbolo podía verse en varias de sus ropas y en su armadura. Tenía un estandarte con un cuervo bordado. La leyenda dice que ganaba victorias si el estandarte ondeaba y las perdía si no lo hacía.
En cualquier caso, los cuervos son básicamente carroñeros. Cuando los guerreros morían en el campo de batalla y sus cuerpos yacían sin vida, los cuervos se invitaban a entrar al final de la batalla para alimentarse de su carne.
Como carroñeros, su aparición se asociaba por tanto a un mal presagio y, más concretamente, a la muerte, la oscuridad y la destrucción. Cada vez que aparecían, se esperaban malas noticias. Además, su plumaje negro no les permite pasar por un santo.
Además, al estar presentes en los campos de batalla tras el final de los combates, los cuervos acompañan a las valkirias, encargadas de elegir a los guerreros destinados a morir en la batalla y entrar en el paraíso de los vikingos, el Valhalla.
Por ejemplo, el Poema de Haraldr, escrito a finales del siglo IX, narra un diálogo entre una valquiria y un cuervo que ve con carne en las garras y sangre en el pico. La valquiria le pregunta al pájaro de dónde viene y el pájaro responde que siguió al rey Haraldr, que derrotó a sus enemigos en la batalla de Hafrsfjördr, lo que le permitió unificar Noruega.
Aunque el cuervo no se asocia generalmente con los ángeles, se considera que tiene un poder muy especial. La de percibir verdades ocultas incluso en profundidades inesperadas. Representa el conocimiento superior, la sabiduría, la clarividencia, la perspicacia, pero también la fidelidad, el valor, la prudencia, la longevidad, etc.
En la mitología nórdica, a menudo se asocian con el dios Odín, que es a la vez el dios del conocimiento y el dios de la guerra. El dios Odín iba casi siempre acompañado de dos cuervos que se sentaban sobre sus hombros y le servían de mensajeros. Odín envió a estas aves a recorrer el mundo diariamente.
Cuando regresaron, se sentaron sobre sus hombros y le trajeron información sobre los otros reinos. Eran sus ojos y sus oídos y, por tanto, le daban una especie de omnisciencia. Odín sabía casi todo lo que ocurría en todas partes. Además, estas aves se llamaban "Hugin" y "Munin", que en nórdico antiguo significa "pensamiento, reflexión" y "espíritu, memoria", respectivamente.
Así, aunque los cuervos se asocian con la muerte y la destrucción, también representan el conocimiento superior, la sabiduría profunda y el consejo. Para los navegantes, a menudo han servido de brújula.